Rafael Azcona
No eres nada y ya eres todo,
tembloroso becerrete
en la tarde sin clarines.
Tu testuz, que aún es frente
que piensa y suela en la ubre,
sin adivinar la muerte
que pugna por asomar
en tus pitones inermes,
tiene encerrado en sus huesos
el clima duro y caliente
de la tarde circular
que te espera sin saberte.
En tu cabeza, sin halo,
de pitones impacientes,
que hoy oprime los ijares
de tu madre, dulcemente,
está el dolor del encierro
huérfano de prados verdes,
el picor de la divisa
que sufrirás impotente,
y el fogonazo de luz
en tus ojos inocentes;
de esa luz que ... LEER MAS.
tembloroso becerrete
en la tarde sin clarines.
Tu testuz, que aún es frente
que piensa y suela en la ubre,
sin adivinar la muerte
que pugna por asomar
en tus pitones inermes,
tiene encerrado en sus huesos
el clima duro y caliente
de la tarde circular
que te espera sin saberte.
En tu cabeza, sin halo,
de pitones impacientes,
que hoy oprime los ijares
de tu madre, dulcemente,
está el dolor del encierro
huérfano de prados verdes,
el picor de la divisa
que sufrirás impotente,
y el fogonazo de luz
en tus ojos inocentes;
de esa luz que ... LEER MAS.