29 de Enero de 2013 | patiodecuadrillas.com.
Parte de la entrevista de la revista Aplausos
Es torero en la más clásica de las acepciones, torero en
la plaza y torero en la vida; tiene cuna, Córdoba nada menos; un sentido
artístico de altos vuelos; la técnica de los grandes lidiadores; el
carácter de las estrellas, cálido con los propios, agrio con los de
enfrente y caprichoso con él mismo; gusta de lucir su planta, los
antiguos le llamaban guapeza y viste el cargo como pocos; vivió años de
deslumbrante plenitud y temporadas de exasperante conformismo; le
envuelve una leyenda personal de bohemia y grandeza que le adjudica
verdades y falacias que todos creen; fue capaz de revolucionar a España
entera y todo seguido cabrear al mundo mundial; es Finito, naturalmente,
se estaba perdiendo en su aparente indolencia y como los toreros de
leyenda ha bastado un guiño para que el planeta se ponga en posición se
atención. Es una bomba dormida ¿quién asegura que no vaya a explotar?
- A mí me gustaría y al toreo le vendría de perlas.
- “Después de doce años en la Casa Matilla piensas que alguien te puede
llamar, uno en el mundo, por lo menos uno, proponiéndote un
apoderamiento, ofreciéndote una corrida, pero no, no fue el caso y eso
me descolocó. Te preguntas qué has hecho tú que no hayan hecho los demás
o qué ha hecho otro que no seas capaz de hacer tú. Le das vueltas y
vueltas y no encuentras una explicación”
- “Sin mi trabajo en la tele todo hubiese sido más complicado y hasta hubiese podido caer en ...
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